La autopsia, realizada esta mañana en el Instituto de Medicina Legal de La Corredoria, señala que el niño murió de forma violenta - La Policía cree que el cuerpo del menor fue depositado entre los apeaderos durante el fin de semana
"Es un niñín, es un niñín de dos años".
El operario de una subcontrata de Adif que se dedica al mantenimiento de
las vías del tren cruzaba ayer la pasarela junto al apeadero de la
Argañosa con el gesto descompuesto. Hablaba por teléfono con un familiar
para confirmarle lo que a esa hora, al filo de las dos de la tarde, ya
era un rumor a voces en la zona Oeste de la ciudad: habían encontrado el
cuerpo sin vida de un pequeño en una maleta junto a las vías de tren.
Según ha podido saber LA NUEVA ESPAÑA, las primeras hipótesis de la
investigación de esta espeluznante muerte -de la que se ha hecho cargo
la Policía Nacional- apuntan a un crimen. Además, muy reciente en el
tiempo: probablemente alguien dejó allí la maleta con el cuerpo del
menor el pasado fin de semana. Y sí, era un niñín, un niñín de dos años.
En la autopsia, realizada esta mañana en el Instituto de
Medicina Legal de La Corredoria, se ha podido constatar de manera "muy
clara" que se trata de una muerte violenta. La Policía continúa con las
investigaciones para localizar a los padres. Para ello, a lo largo del
día de hoy los agentes continúan hablando con los vecinos de la zona,
una tarea que comenzó ayer nada más conocerse el suceso.
La
brigada de mantenimiento que encontró el cuerpo estaba trabajando en la
zona comprendida entre los apeaderos de Vallobín y la Argañosa desde
primera hora. Habían estado hablando con los vecinos, que les alertaron
de un cubo de basura que el viento había arrastrado hasta la zona y
podía poner en peligro la circulación de los convoyes. Aparte de la
lluvia, era una jornada de trabajo normal.
Uno de los operarios de la
brigada encaró el desbroce de la maleza en los aledaños de la vía más
próximos a la calle la Argañosa, junto a los edificios. De repente, todo
cambió. Oculto entre la maleza, el operario encontró un bulto envuelto
en una especie de colcha. No fue la tela lo que le llamó la atención,
sino lo que sobresalía de uno de sus extremos: un pequeño pie descalzo.
Tiró la desbrozadora, huyó despavorido del lugar y empezó a llamar a
voces al resto de la brigada. Todos se acercaron al lugar y comprobaron
que las alocadas palabras de su compañero cobraban sentido, que allí
había un cadáver, el diminuto cadáver de un niño de corta edad.
Uno de
ellos comprobó que junto al bulto había también una maleta; estaba
abierta y vacía. Aún con el susto en el cuerpo, encontraron las palabras
para llamar al centro de control de Adif y alertar del hallazgo. Les
dijeron que no tocasen nada, que ya se encargaban desde allí de alertar a
las autoridades y cortar el servicio del tren en la zona. Eran las doce
del mediodía y en Oviedo había dejado de llover.
"Estábamos
trabajando en la zona desde por la mañana, con maquinaria, despejando la
maleza y limpiando. Estaba bastante metido para adentro, no distinguías
nada hasta que no estabas justo allí. Lo habían tapado con una manta,
no vimos nada, sólo un pie. No nos lo podíamos creer, quién podría hacer
algo así", explicaron dos de los trabajadores, que optaron por
preservar su anonimato, en conversación con este periódico.
Una
vez alertado de los hechos, el servicio de emergencias 112 Asturias
comunicó a la sala del 091 de la Policía Nacional el aviso, para que
comprobase la veracidad de los hechos. Hasta el lugar se desplazaron
varias patrullas de la Jefatura Superior de Policía y una comisión
judicial, que comprobó que efectivamente, envuelto entre la telas, se
encontraba el cuerpo sin vida de un niño pequeño. Los efectivos de las
brigadas de Policía Judicial y Científica tomaron declaración a los
testigos, fundamentalmente los operarios de la empresa de mantenimiento
de Adif. También hablaron con vecinos de la zona, por si alguien había
visto algo.
Además, peinaron los alrededores de la vía en busca de
cualquier detalle que pueda arrojar luz al caso. Una de las mayores
incógnitas, sobre la que está trabajando la Policía Nacional, es por qué
la maleta estaba abierta y el cadáver del menor fuera en lugar de en su
interior.
"Lo que le faltaba al barrio, después del crimen de Vallobín"
De
momento, no ha trascendido la identidad del niño, cuyo cuerpo estaba ya
amoratado, lo que suele suceder tres o cuatro días después de la
muerte. Aunque está claro que no se trata de un niño negro, estas
señales impiden, a falta de los resultados de la autopsia, detallar con
claridad la raza del menor, según indicaron fuentes próximas al caso
consultadas por este periódico.
Mientras, los vecinos de la
Argañosa y Vallobín –dos barrios separados por la vía del tren que ha
sido testigo de este terrible suceso– se debatían ayer entre el asombro y
la indignación. Al principio no estaba muy claro en qué circunstancias
había aparecido muerto el niño, incluso se barajaba un accidente
ferroviario. Conforme fueron trascendiendo los detalles, creció la
indignación.
"Quién lo haya hecho no tiene alma, ni corazón... Es
un ser indefenso", indicaba Lolina Turiel, vecina de La Florida, que
cada día coge el tren en el apeadero de la Argañosa. "¿Un niño en una
maleta? Lo que le faltaba a este barrio, después del crimen de Vallobín.
Eso tuvo que ser alguien por la noche, es fácil acceder a las vías",
relataba desde una de las pasarelas sobre el tren Modesto Martínez,
vecino de la calle Vázquez de Mella. "Esto tuvo que ser alguien de la
familia, si no se sabría que en alguna parte falta un niño", comentaba
Alicia Pérez con su vecina Margarita Pinzales, que también coincidía con
esta hipótesis. "Es terrible, es algo terrible", clamaban los vecinos
junto a las vías.
FUENTE: LNE
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Investigan la muerte de un niño de dos años abandonado en una maleta junto a las vías del tren
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Cordobess@
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