María Esther Jiménez Villegas, la niña de trece años desaparecida en Arriate (Málaga), fue hallada muerta este jueves por la tarde, hacia las 19.30 horas, dentro de la caseta de una depuradora de piscina en la localidad andaluza.
Desaparecida el miércoles, el cadáver de María Esther Jiménez Villegas fue descubierto con la cara cubierta por un bombero. El cuerpo presentaba golpes, por lo que todo apunta a una muerte violenta.
La madre denunció la desaparición y aseguró que María Esther Jiménez Villegas salió de la casa sobre las 21 horas del 19 de enero y no regresó. La adolescente fue vista por última vez junto a un amigo en un todoterreno por la zona cercana al vertedero de Arriate.
El lugar donde fue encontrado el cuerpo inerte de María Esther Jiménez Villegas es llamado la curva de Arriate, cerca de Ronda, en la zona conocida como El Membrillar o Camino de la Vía.
La menor había sido buscada por la Guardia Civil, otros cuerpos de seguridad e incluso los propios amigos de María Esther Jiménez Villegas habían colaborado en el rastreo. Finalmente fue un bombero del Consorcio Provincial quien halló el cadáver de la niña de trece años tras mirar a través de una rendija de la caseta de la piscina.
El juez ya ha decretado el secreto de sumario de un caso que ha horrorizado a la pequeña localidad de Arriate, de unos 3.500 habitantes.
Huellas en el Candado de la de la Caseta de la Piscina
Unas huellas dactilares sobre un candado podrían ser la clave del brutal asesinato de la joven de Arriate (Málaga), María Esther Jiménez Villegas. Fuentes locales han asegurado que la policía ha encontrado unas huellas dactilares en una cerradura de la puerta de la caseta de la bomba de agua donde fue encontrado su cuerpo golpeado.
Ana Eloy Salazar Marín (59), amiga de la familia, cree que el asesino era de la localidad y
“no muy espabilado”. Esta mujer, quien a menudo era visitada por la muchacha, afirma:
“El hecho que la policía haya encontrado huellas digitales sobre el candado sugiere que el asesino no fuera muy espabilado como ellos habrían llevado guantes. "
Ana continuó:
"Estoy bastante segura de que es alguien del pueblo que conoce el sitio concreto de la caseta particular. El asesino ha debido aprovecharse de la inocencia de la chica y la ha llevado allí deliberadamente; ella era siempre muy confiada”.
Mientras tanto, Hilario López Luna, subdelegado del Gobierno en Málaga, ha revelado que la policía no excluye ninguna teoría en cuanto a por qué el adolescente fue asesinada, pero tiene la esperanza de que lo detendrán pronto.
“Hay pruebas en el lugar del crimen que pueden aclararlo todo: fueron una o varias personas”.
El cuerpo de María Esther Jiménez Villegas fue descubierto en la caseta de la bomba agua de una piscina a las 19.15 de este jueves, por un bombero.
Fuentes cercanas a la investigación han revelado que se trataba de una muerte violenta, en la que la cara de la víctima era apenas reconocible
María Esther Jiménez Villegas había sido echada en falta el miércoles por la noche por su madre, y algunos amigos habían participado en la búsqueda.
Esther fue la vista por última vez con un amigo en un coche cerca del basurero de Arriate. Vestía una camiseta gris a rayas, vaqueros, y zapatos negros con cordones rosados. Fuentes locales revelaron que la adolescente, que a menudo salía sola, era
“increíblemente amistosa”.
Ana Belen Aguilar López (15), y Carmen Peralta (23) han señalado que
“todavía no podemos creer lo que ha pasado. No parece verdadero. Ella era una persona realmente encantadora. Muy confiada”
También revelaron que la víctima frecuentaba la parada de autobús con personas mayores que ella. La víctima tenía una hermana menor y la familia llevaba viviendo en el pueblo cinco años.
La Investigación Avanza
La investigación en torno al crimen de María Esther Jiménez Villegas, la niña de 13 años hallada muerta el jueves en Arriate, ha empezado a despejar algunas incógnitas. Las pesquisas han confirmado que fue golpeada con una piedra en el rostro, lo que le ocasionó una fractura craneal, y no han hallado indicios de abusos sexuales. Sin embargo, su pista se pierde la noche del miércoles, cuando un testigo la vio subida en un vehículo. Al día siguiente, apareció su cadáver.
Según las distintas fuentes consultadas, la investigación se apoya principalmente en cinco pilares:
1- Un bombero del Consorcio Provincial descubrió el cuerpo sin vida de la menor a las 19.30 horas del jueves durante una batida por el pueblo para tratar de localizar a la pequeña, que había desaparecido la noche anterior. La encontró en una caseta de la depuradora de una piscina en la zona de la Huerta de la Curva, que está situada a la espalda del municipio de Arriate, a unos 200 metros de la calle La Fuente. El coordinador del dispositivo de búsqueda, un mando de la Guardia Civil, tuvo la idea de peinar esa zona, ya que últimamente habían tenido algunos accidentes en el lugar; el más reciente, el de un hombre que cayó en un pozo.
2 - En la caseta donde apareció el cuerpo se han encontrado
«muchas huellas» que puedan ayudar a resolver el caso con celeridad, según informó ayer el subdelegado del Gobierno, Hilario López Luna. Para analizar todas las pistas recabadas, el Servicio de Criminalística de la Guardia Civil ha desplazado a varios agentes de Madrid a Málaga que apoyarán a los investigadores de la Unidad de Policía Judicial.
Los agentes comprobaron que la puerta de la caseta había sido forzada para entrar -posiblemente de una patada- y posteriormente, la habían cerrado por fuera con un pestillo. El bombero miró a través de una rendija y vio el cuerpo de la menor, que estaba encajado entre el motor y la pared. Le habían echado por encima su propia chaqueta; solo asomaba una mano. Los investigadores tomaron muestras en el perímetro y luego entraron en la caseta para confirmar la identidad y proseguir con la inspección ocular.
3 - Al retirar la chaqueta, los agentes no solo certificaron que el cadáver correspondía al de María Esther Jiménez, sino que observaron claramente que se trataba de una muerte violenta. Tenía una única herida mortal, un fuerte traumatismo en el rostro. Según las pesquisas, había sido golpeada con un objeto contundente, lo que le causó varias fracturas en cráneo. La menor presentaba una segunda herida en la parte posterior de la cabeza, aunque podría habérsela hecho al caer de espaldas tras recibir el primer golpe.
4 - En el escenario del crimen, los investigadores hallaron también
la piedra que habrían utilizado en la agresión, aproximadamente del tamaño de un balón de rugby. El subdelegado del Gobierno avanzó ayer que los indicios recabados pueden ayudar a esclarecer si detrás del homicidio hay una o varias personas.
5 - La víctima estaba completamente vestida. Según las fuentes, ni en el escenario del suceso ni en la investigación posterior se han hallado indicios de que hubiese sido agredida sexualmente, aunque para descartar definitivamente este extremo hay que esperar los resultados de los análisis de las muestras biológicas recabadas durante la necropsia, lo que lleva precisamente a la segunda pata de la investigación.
Al menos cuatro médicos forenses realizaron ayer un exhaustivo examen del cadáver de la menor, al que asistieron también algunos guardias civiles que trabajan en el caso. Se prolongó durante casi cinco horas. Las pesquisas confirmaron la hipótesis de una muerte violenta como consecuencia de un traumatismo craneoencefálico. No han trascendido otros hallazgos debido al sigilo que rodea a la investigación.
Otra de las claves del caso está en los testimonios que los agentes están recabando en el municipio. En estos días se tiene previsto interrogar a más de una veintena de personas, desde amigos hasta conocidos o vecinos de Arriate, un pueblo de apenas cuatro mil habitantes. Para ello, se ha habilitado una oficina en el Ayuntamiento con el fin de ocasionar el mínimo trastorno a los testigos. La Guardia Civil investiga una de estas declaraciones con especial interés. Según las fuentes, se trata de una persona que habría visto a la menor el miércoles por la noche a bordo de un vehículo conducido por un hombre. Sería la última pista que se tendría de la niña, que veintidós horas después apareció muerta.
Reconstrucción de los hechos
La reconstrucción de las horas previas. Los investigadores -hay una docena de especialistas de la Unidad de Policía Judicial del Instituto Armado volcados en el caso- están intentando averiguar el itinerario de la menor antes de su desaparición. Al parecer, por la tarde, de 16.00 a 18.00 horas, estuvo en el instituto para asistir a unas clases de apoyo. Luego fue a su casa a merendar y, sobre las siete, acudió a la parada del autobús de la salida de Arriate, que está enfrente del establecimiento Ciber Águila, un punto habitual de reunión de jóvenes del municipio. Allí estuvo en compañía de otros amigos hasta las nueve, cuando el resto se marchó. A su madre le extrañó que María Esther no estuviera en casa a las diez, cuando empezaba uno de sus programas preferidos en la tele. A las once, la mujer se echó a la calle. Fue a la parada del autobús, donde había algunos amigos de su hija, quienes le dijeron que la última vez la vieron fue a las nueve. La siguiente pista es la del testigo que sitúa a la niña en el coche.
Una de las muchas incógnitas es saber si la menor se quedó con alguien. María Esther era usuaria de redes sociales, donde tenía un perfil. Utilizaba el ordenador de una vecina. Agentes de la Unidad de Delitos Telemáticos le han pedido permiso para rastrearlo con el fin de investigar los últimos contactos de la niña así como averiguar si se citó por Internet con alguna persona la noche que desapareció.
Cercando al Asesino
La Guardia Civil asegura que se encuentra entre los 50 interrogados
El asesino de María Esther Jiménez Villegas, la niña de trece años que apareció muerta en una caseta en Arriate (Málaga), sigue sin ser identificado, pero la Guardia Civil asegura que se encuentra entre los 50 interrogados desde el sábado.
La investigación sobre el asesinato de María Esther Jiménez Villega está llegando por tanto a su fin, según el Instituto Armado. Los interrogatorios, en los que han participado psicólogos, se han realizado en dos salas del Ayuntamiento de Arriate. Han pasado vecinos, familiares, compañeros de clase... La Guardia Civil no descarta que pudiera haber varios autores del crimen.
Tras la ronda de declaraciones, la Guardia Civil está trabajando en cuatro vías para esclarecer la muerte violenta de María Esther Jiménez Villegas.
Los investigadores, que han dado casi por finalizada la búsqueda de pruebas, empezaron centrando el rastreo en la caseta, pero después localizaron un ordenador de la víctima para indagar en sus últimos contactos.
Los restos de ADN recogidos en la caseta ayudarán a descubrir al asesino o asesinos de María Esther Jiménez Villegas, una ves devueltos por los laboratorios de Sevilla y Madrid que los están analizando.
Descanse en Paz
Mientras la investigación continúa, ayer domingo se produjo el entierro de María Esther Jiménez Villegas en Paterna de la Rivera (Cádiz), localidad de origen de la familia.
La localidad de Paterna de Rivera acompaña hasta el cementerio el féretro con los restos mortales de la pequeña María Esther
Ante la tragedia, el pueblo entero quiso acompañar a los familiares de la niña que fue encontrada muerta, por un bombero acompañado de agentes del Instituto Armado, con la cabeza tapada por una bolsa y brutalmente agredida, el pasado miércoles junto a una caseta de piscina de las afueras de Arriate.
Los vecinos, consternados con el suceso, prorrumpieron en aplausos cuando el ataúd, a hombros de sus familiares, cruzó las puertas del cementerio.
Junto a los padres de la niña que ya manifestaron su deseo de que se resuelva el caso prontamente, algunos miembros de la comitiva aprovecharon la asistencia de los medios de comunicación para pedir «que se haga justicia» con María Esther y «que se encuentre pronto al culpable». En este sentido, otro de los asistentes apuntaba que «el que lo ha hecho no tiene perdón de Dios» y esperan «que la Justicia actúe sobre él».
Durante el funeral de María Esther, los padres de la niña fueron llamados por la Guardia Civil para que regresaran pronto a Arriate; sin embargo, fuentes de la investigación les ha desvinculado de una posible detención ya que, más bien, la llamada obedece a que todavía no habían prestado declaración.
Aunque durante el día de ayer finalizaron las labores de búsqueda de pruebas en el lugar en el que apareció el cuerpo de la niña, la depuradora de una piscina cercana —ubicada a unos cien metros de donde fue vista por última vez en compañía de un sujeto no identificado—, en estos momentos la investigación se centra en cuatro vías sobre las que se sigue trabajando.
A estas labores de rastreo se han sumado efectivos del Servicio de Criminalista de Madrid, así como un grupo de psicólogos que están apoyando las sesiones de interrogatorios para las que el Ayuntamiento de la localidad malagueña de Arriate ha habilitado dos salas, y por las que ya han pasado diferentes amigos, vecinos y compañeros de clase de María Esther.
Al parecer, las indagaciones realizadas hasta el momento sitúan el caso en «buen camino», sin embargo la Guardia Civil quiere ser minuciosa y no quiere «dejar ningún cabo suelto», por lo que continúan recopilando información que les pueda llevar hasta el culpable. De hecho, en un primer momento se estableció un perímetro en el que se centraron las indagaciones, y que más tarde fue ampliado.
La niña, que fue vista por última vez sobre las 21.30 horas del pasado miércoles tras pedir un vaso de agua en un bar de Arriate, se conectaba a Internet desde el ordenador de una vecina, por lo que el dispositivo está siendo «minuciosamente» escudriñado por los agentes que están participando en la búsqueda. De esta forma, los investigadores quieren conocer cuáles fueron sus últimos contactos y averiguar si la niña conoció a alguien por Internet, así como saber cuáles fueron sus últimos movimientos en las redes sociales.
Asimismo, los diferentes agentes que participan del caso, están a la espera de recibir los resultados de las muestras extraídas a la menor durante la autopsia, ya que los resultados de las mismas podrían esclarecer algunos aspectos relacionados con la investigación.
El caso de María Esther Jiménez Villegas eleva a 16 el número de menores desaparecidos y hallados muertos en España durante los últimos diez años.
Duras críticas a las filtraciones
La Asociación Nacional de Víctimas de Delitos Violentos ha criticado a la prensa y al subdelegado del Gobierno de Málaga, Hilario López, por la «vergonzosa cantidad de datos» facilitados sobre el caso de Arriate. De esta forma, la entidad exige que «se depuren responsabilidades» al entender que los familiares de la fallecida también se han convertido «en víctimas», y han recordado que el secreto de sumario «atañe sobre todo» a los funcionarios de la Administración de Justicia y del Ministerio de Interior. En concreto, los miembros de la asociación juzgaron las declaraciones en las que Hilario López desvelaba que se habían encontrado numerosas huellas donde apareció la menor, ya que «puede perjudicar la instrucción y la condena». Respecto a la prensa, han calificado de «vergonzoso la cantidad de detalles publicados mientras se oculta esta información a las víctimas».
Fuentes:
ABC,
La Voz Libre