Hay siete detenidos, entre ellos uno de los cabecillas de la organización
La droga procedía de Venezuela, se almacenaba en Portugal y oculta en muebles se transportaba en contenedores hasta España
Dos de los arrestados mantenían contacto continuo con los responsables de la organización en Medellín (Colombia)
Dos de los arrestados mantenían contacto continuo con los responsables de la organización en Medellín (Colombia)
Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una red de tráfico de drogas con la detención de siete personas. La organización recibía la pasta base de cocaína procedente de Venezuela, la almacenaban en Portugal y, posteriormente, la trasladaban a un laboratorio ubicado en una nave de un pueblo de Toledo para transformarla químicamente. Los investigadores estiman que en este laboratorio se podían procesar hasta 500 kilos de “coca” base al año.
La investigación se inició en el mes de mayo, cuando los agentes de estupefacientes tuvieron conocimiento de que un ciudadano colombiano, Giovanni de Jesús M. V., podría estar implicado en un delito contra la salud pública. Inmediatamente pusieron en marcha la maquinaria para comprobar la información y pronto averiguaron que Giovanni se encontraba realizando todo tipo de actividades para montar un laboratorio de procesamiento de la cocaína de la que ya disponía la organización.
Tras complejas investigaciones, los policías dieron con el domicilio habitual de Giovanni y de su mujer, Ana Milena D. A., así como de otro inmueble donde pretendían ocultar la cocaína ya convertida en estupefaciente para su distribución.
Finca en Fuensalida (Toledo)
Las gestiones posteriores permitieron a los agentes localizar una finca en la localidad toledana de Fuensalida, donde presumiblemente iba a estar asentado el laboratorio en el que se transformaría la pasta base de cocaína en estupefaciente para su comercialización.
Apenas unos días después los investigadores tuvieron la certeza de que la cúpula de la organización iba a reunirse en esta finca para procesar la droga, por lo que los agentes solicitaron los pertinentes mandamientos de entrada y registro, tanto de la nave donde se ubicaba el laboratorio como de los domicilios de los principales implicados.
Para la intervención, los investigadores contaron con el apoyo del Grupo Especial de Operaciones (GEO). En una rápida y controlada actuación los operativos policiales irrumpieron en la finca y consiguieron detener in fraganti a los cuatro sospechosos, que hacían las veces de químicos. Entre ellos se encontraba Carlos Alberto T. H., hombre de confianza de la organización y encargado de mantener informados a los cabecillas colombianos de las actividades desplegadas en España. También se hallaba Wilmar León C. N., quien acababa de regresar de Medellín (Colombia), donde viajó para recibir instrucciones de los responsables de la banda.
Implicado el dueño de la finca
Los agentes también arrestaron al dueño de la finca donde estaba instalado el laboratorio. Conocía las actividades ilícitas de la organización y participaba activamente en ellas. De hecho, cobraba hasta 1.000 euros por alquilársela durante sólo un día.
Detrás de un granero y escondido en un chamizo rodeado de gallinas, caballo y pavo real incluidos, se encontraba el laboratorio. En el posterior registro los investigadores se incautaron de más de tres kilogramos de cocaína, sustancias químicas para tratar la pasta de coca, filtros, prensas, moldes y material para envasar al vacío, además de un arma de fuego y abundante munición.
Simultáneamente también serían detenidos el líder de la organización, Giovanni, y su esposa cuando se disponían a entrar en el inmueble que tenían alquilado en una localidad toledana que servía de almacén de la cocaína.
La organización poseía una sólida infraestructura para transportar la pasta base de cocaína desde Venezuela hasta Portugal, donde se ocultaba en el interior de muebles para, seguidamente, trasladarlos en contenedores con destino a España.
Una vez que la pasta base se hallaba en España, Giovanni la almacenaba en diferentes fincas que la organización atesoraba en la provincia de Toledo. Generalmente estaban alejadas de los núcleos urbanos para no levantar sospechas. De aquí se transportaba al laboratorio de Fuensalida para ser tratada químicamente y su posterior distribución.
Los agentes de estupefacientes calculan que en el citado laboratorio los ahora detenidos han podido procesar unos 500 kilos de cocaína base al año, dadas las proporciones, características y equipamiento de que disponían para llevar a cabo esta actividad.
La investigación ha sido llevada a cabo por el Grupo XVIII de la UDYCO de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid, si bien contó con la colaboración del Grupo Especial de Operaciones (GEO) y la Unidad de Guías Caninos de la BPSC de la Jefatura Superior de Madrid.
La investigación se inició en el mes de mayo, cuando los agentes de estupefacientes tuvieron conocimiento de que un ciudadano colombiano, Giovanni de Jesús M. V., podría estar implicado en un delito contra la salud pública. Inmediatamente pusieron en marcha la maquinaria para comprobar la información y pronto averiguaron que Giovanni se encontraba realizando todo tipo de actividades para montar un laboratorio de procesamiento de la cocaína de la que ya disponía la organización.
Tras complejas investigaciones, los policías dieron con el domicilio habitual de Giovanni y de su mujer, Ana Milena D. A., así como de otro inmueble donde pretendían ocultar la cocaína ya convertida en estupefaciente para su distribución.
Finca en Fuensalida (Toledo)
Las gestiones posteriores permitieron a los agentes localizar una finca en la localidad toledana de Fuensalida, donde presumiblemente iba a estar asentado el laboratorio en el que se transformaría la pasta base de cocaína en estupefaciente para su comercialización.
Apenas unos días después los investigadores tuvieron la certeza de que la cúpula de la organización iba a reunirse en esta finca para procesar la droga, por lo que los agentes solicitaron los pertinentes mandamientos de entrada y registro, tanto de la nave donde se ubicaba el laboratorio como de los domicilios de los principales implicados.
Para la intervención, los investigadores contaron con el apoyo del Grupo Especial de Operaciones (GEO). En una rápida y controlada actuación los operativos policiales irrumpieron en la finca y consiguieron detener in fraganti a los cuatro sospechosos, que hacían las veces de químicos. Entre ellos se encontraba Carlos Alberto T. H., hombre de confianza de la organización y encargado de mantener informados a los cabecillas colombianos de las actividades desplegadas en España. También se hallaba Wilmar León C. N., quien acababa de regresar de Medellín (Colombia), donde viajó para recibir instrucciones de los responsables de la banda.
Implicado el dueño de la finca
Los agentes también arrestaron al dueño de la finca donde estaba instalado el laboratorio. Conocía las actividades ilícitas de la organización y participaba activamente en ellas. De hecho, cobraba hasta 1.000 euros por alquilársela durante sólo un día.
Detrás de un granero y escondido en un chamizo rodeado de gallinas, caballo y pavo real incluidos, se encontraba el laboratorio. En el posterior registro los investigadores se incautaron de más de tres kilogramos de cocaína, sustancias químicas para tratar la pasta de coca, filtros, prensas, moldes y material para envasar al vacío, además de un arma de fuego y abundante munición.
Simultáneamente también serían detenidos el líder de la organización, Giovanni, y su esposa cuando se disponían a entrar en el inmueble que tenían alquilado en una localidad toledana que servía de almacén de la cocaína.
La organización poseía una sólida infraestructura para transportar la pasta base de cocaína desde Venezuela hasta Portugal, donde se ocultaba en el interior de muebles para, seguidamente, trasladarlos en contenedores con destino a España.
Una vez que la pasta base se hallaba en España, Giovanni la almacenaba en diferentes fincas que la organización atesoraba en la provincia de Toledo. Generalmente estaban alejadas de los núcleos urbanos para no levantar sospechas. De aquí se transportaba al laboratorio de Fuensalida para ser tratada químicamente y su posterior distribución.
Los agentes de estupefacientes calculan que en el citado laboratorio los ahora detenidos han podido procesar unos 500 kilos de cocaína base al año, dadas las proporciones, características y equipamiento de que disponían para llevar a cabo esta actividad.
La investigación ha sido llevada a cabo por el Grupo XVIII de la UDYCO de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid, si bien contó con la colaboración del Grupo Especial de Operaciones (GEO) y la Unidad de Guías Caninos de la BPSC de la Jefatura Superior de Madrid.
NOTA: Los medios de comunicación que lo deseen podrán obtener imágenes de la operación en el Gabinete de Prensa de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, calle Federico Rubio y Galí número 55 de Madrid. Tfn. 91 322 35 11
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