Imagen ofrecida por la policía donde se puede apreciar la bala incrustada en el cráneo |
No lo recuerda, pero estaba de fiesta y alguien pudo dispararle. Y lo que parecía un quiste encima de su nuca ha resultado, tras una radiografía y una intervención, un proyectil del calibre 22. Era Nochevieja o Navidad, de 2004 o de 2005, pues este varón de 35 años, de nacionalidad polaca y residente en Alemania, confiesa no recordar entre la exaltación alcohólica y los disparos al aire de celebración.
El protagonista -cuya identidad no ha sido revelada- sólo sintió un fuerte golpe por detrás y no recuerda apenas más, hasta que con el tiempo fue sintiendo la aparición de lo que creyó un quiste sébico. El balín se le había alojado, de resultas del festejo y del disparo, en la trasera del cráneo sin llegar a perforarlo, como revela sorprendido el médico que lo ha atendido para extirpárselo.
Según la policía en la localidad alemana occidental de Herne, el hombre sólo acudió recientemente al médico, mostrando ciertas molestias. Entonces no le había dado mayor importancia. Pero la perentoria radiografía mostró un objeto alojado bajo el cuero cabelludo y al operarlo los médicos descubrieron el balín.
El proyectil ha sido enviado a los especialistas de Investigación Criminal por si pudiera identificarse el arma, aunque la policía considera «casi imposible» un esclarecimiento; cree que huelga presentar cargos, pues el disparo no debió de ser dirigido ni intencional y habría alcanzado a la víctima casualmente y, al parecer, inadvertidamente.
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