Asesinato por encargo

La Guardia Civil cree que los presuntos asesinos del colombiano José Julián del Río fueron contratados por un narcotraficante

Fue un crimen por encargo. Personas vinculadas al mundo del narcotráfico en Ibiza decidieron dar muerte al colombiano José Julián del Río Cardona, que tenía 34 años, pero no quisieron hacerlo directamente. Para ello contrataron a unos sicarios, que fueron quienes, a mediados del pasado mes de septiembre, secuestraron a la víctima, la torturaron hasta destrozarle la cara a golpes y finalmente la apuñalaron en el pecho.

La Policía Judicial de la Guardia Civil sigue trabajando en determinar el móvil, en el que se cruza un posible ajuste de cuentas por una deuda de drogas con motivos más personales. Las investigaciones para aclarar el crimen han conducido a la desarticulación de varias bandas de delincuentes de la isla, dedicadas tanto al tráfico de drogas como a robos a mano armada, y se han llevado por delante también a varios guardias civiles de Sant Antoni relacionados con el narcotráfico. En total, 23 detenidos, de los que cinco han acabado en prisión sin fianza.

Todo empezó el 17 de septiembre del año pasado, cuando el perro de un cazador se puso a escarbar en el cauce de un torrente en el Racó des Fornàs, cerca de Benimussa, y destapó el cadáver de un hombre que había sido enterrado.

La Guardia Civil se hizo cargo de un caso que desde un principio se comprobó que era extremadamente grave. La víctima había sido torturada hasta el punto de que le habían destrozado la cara a golpes y luego había sido apuñalada en el corazón. No llevaba documentación de ninguna clase ni se había presentado ninguna denuncia por su desaparición.

El caso recibió el nombre clave de ´Binimusa´ y se le dio máxima prioridad. Un equipo del Grupo de Delitos contra las Personas, con el capitán de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Palma al frente, se desplazó a Ibiza en varias ocasiones durante los últimos meses para colaborar en la investigación.

El submundo del narcotráfico
Pocos días después del hallazgo del cadáver habían logrado identificar a la víctima, aunque lo mantuvieron en secreto para no malograr las pesquisas. Se trataba de José Julián del Río Cardona, conocido como ´Carlos´ en los ambientes del narcotráfico de Ibiza.

Las primeras hipótesis de trabajo se centraron en el submundo del tráfico de drogas y en particular en el barrio de sa Penya de Vila. Poco después se produjo un hallazgo clave: uno de los miembros de un clan de narcos de sa Penya se había apropiado del coche del muerto.

Durante las semanas que siguieron, los investigadores de la Guardia Civil mantuvieron una vigilancia discreta pero permanente sobre los sospechosos, lo que les permitió desvelar la intensa actividad delictiva que mantenían. Los clanes de sa Penya organizan constantes viajes a la Península para traer droga y al mismo tiempo tienen contactos con otros grupos de narcos de otras localidades de la isla.

La ´operación Binimusa´ se extendió entonces al narcotráfico, pero todavía faltaba una sorpresa: uno de los presuntos narcos tenía una banda paralela, como una especie de pluriempleo, que se dedicaba a atracos a mano armada y a robos.

Durante las últimas dos semanas se desencadenó la última fase de la 'operación Benimusa'. Los investigadores solicitaron del juzgado que instruye el caso permiso para realizar registros en 14 domicilios en Vila y en otras localidades de la isla, incluyendo dos puntos de venta de droga en sa Penya. Estos últimos son especialmente conflictivos, ya que la barriada es un laberinto de callejuelas con vigilantes de los narcos en las entradas. Las casas de los clanes son auténticos fortines.

Para tomar un fortín hacen falta tropas de asalto. La Guardia Civil trasladó de Barcelona a Ibiza a un destacamento de los Grupos Rurales de Seguridad (GRS), especializados en enfrentamientos urbanos .
Finalmente se decidió reventar la operación a las seis de la mañana del martes. Todavía era noche cerrada cuando dos furgonetas de alquiler sin ningún distintivo y tres coches enfilaron la cuesta que conduce a sa Penya.

En su interior se apretujaban una treintena de agentes con material antidisturbios. Varios de ellos llevaban grandes cizallas, mazas y arietes para derribar las puertas de los domicilios a allanar. Entre las seis y las seis y media el barrio de sa Penya fue un territorio exclusivo de la Guardia Civil. Los agentes se dispersaron en silencio por las callejuelas, se encaramaron por las fachadas con escaleras y emprendieron la persecución de los narcos por los tejados. Al mismo tiempo se realizaron los otros registros domiciliarios.

Los vehículos de la Guardia Civil fueron trasladando durante el día a los 23 detenidos, hasta llegar a colapsar los calabozos de los distintos acuartelamientos y provocar serias dificultades a los abogados, que no daban abasto.

Confiesa el crimen
Entre los arrestados estaban J.R.P. y F.A.A., considerados autores materiales del asesinato. Uno de ellos confesó el crimen en su declaración ante la Guardia Civil, si bien echó la mayor parte de la culpa a su cómplice. Admitió que fueron contratados por un narcotraficante para matar a la víctima. En el móvil se mezcló un ajuste de cuentas con motivos personales.

Catorce de los detenidos pasaron a disposición judicial, mientras que el resto fueron puestos en libertad por la Guardia Civil. Los presuntos autores materiales y dos supuestos encubridores ingresaron en prisión sin fianza. Además, la investigación se ha llevado por delante a dos agentes de la Guardia Civil de Sant Antoni, tras descubrirse que mantenían relaciones con bandas de narcos.

El móvil del crimen
La Guardia Civil sigue trabajando para determinar el móvil del crimen, en el que se podría mezclar un ajuste de cuentas por una deuda de drogas con motivos más personales.

Bandas de ladrones y de narcotraficantes
Las conexiones entre las bandas de delincuentes permitieron que la investigación del asesinato terminara con bandas muy activas que se dedicaban al tráfico de drogas y a asaltos a mano armada y robos con fuerza.


Fuente: Diario de Ibiza

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1 comentario:

  1. soy de ibiza y estuve siguiéndolo. una de las cosas que más sorprendió fue que uno de los implicados era hijo de un conocido que años antes había pagado a unos hombres por matar a un taxista. de tal palo tal astilla. es uno de los casos que salen en un libro de crímenes muy famosos en ibiza y que se acaba de reeditar para el día de san jorge.
    http://territoriocat.wordpress.com/2013/04/22/crimenes-de-ibiza-y-formentera/

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