Charles Cullen "Enfermero Asesino"


Charles Cullen es un ex enfermero que ronda los 50 años, y veterano de la Marina.
Trabajaba en hospitales “cuidando” de los pacientes, pero al parecer, se dedicó a matarlos.
En el año 2003 compareció ante el juez Paul Armstrong, a quien manifestó que no quería un abogado, y que su intención era declararse culpable.
En dicho juicio declaró que durante los últimos 16 años, en las instituciones sanitarias donde trabajó, fue el responsable de matar a unas 40 personas.
Cullen fue acusado de la muerte de Florian Gall, un vicario en el condado de Hunterdon, y de haber intentado matar a una mujer, ambos pacientes del Somerset Medical Center, donde él trabajaba.

El religioso ingresó en el hospital con un infarto, pero su muerte no se debió a un fallo cardíaco, sino a que recibió una excesiva dosis de un medicamento utilizado en pacientes con problemas del corazón.
La víctima del segundo crimen imputado, fue Kyung Han, una mujer de 40 años, enferma de cáncer y del corazón, que recibió una sobredosis del mismo medicamento y murió en por causas no relacionadas con su enfermedad, luego de haber sido dada de alta del hospital.
En ambos casos Cullen resultó ser sospechoso de usar dosis mortales de digoxin, un medicamento para el corazón, que él consiguió manipulando la computadora del hospital.
Según las primeras investigaciones internas del hospital, Cullen podría ser el denominador común entre unos 16 pacientes muertos en las mismas condiciones que Florian y Kyung Han.
En el año 2002, enfermeras del hospital del St. Luke’s Hospital in Bethlehem, habían advertido a sus superiores de que podría tratarse de un asesino, y exigieron que Cullen fuera despedido e investigado.
A esta acusación, los administradores del hospital respondieron negativamente.
Las autoridades posteriormente iniciaron una investigación sobre la trayectoria completa del enfermero, para quien el juez fijó en un comienzo una fianza de un millón de dólares.
Las primeras investigaciones indicaron que Cullen era sospechoso de varios asesinatos, siempre por muertes inesperadas, y posteriormente comenzaron a realizar las primeras exhumaciones de cadáveres como parte de la investigación.
Otras posibles víctimas ya poseen un informe toxicológico donde parece demostrarse la alta presencia de digoxin en la sangre, a pesar de que a los pacientes nunca les habían prescrito este medicamento.
La vida de Charles Cullen:
Cullen es el menor de nueve hermanos.
Su padre era conductor de autobús y su madre ama de casa.
Charles creció en un vecindario de clase obrera en pleno Nueva Jersey y con una familia profundamente religiosa.
Su padre murió cuando él todavía era un niño y su madre murió mientras él estudiaba en la escuela secundaria.
Dos de sus hermanos también murieron, y él estuvo al cuidado de uno de ellos durante el proceso.
En 1978 ingresó en la marina de los Estados Unidos y cuando salió ingresó en una escuela profesional de enfermería.
Antes de 1988, encontró su primer empleo en un importante hospital, pero este le duró muy poco tiempo.
Posteriormente le fueron las cosas bastante bien, se casó, y tuvo dos hijas, pero al poco tiempo se divorció.
En 1998, se había quedado sin trabajo y estaba lleno de deudas.
Cullen sentía que la vida no lo había tratado para nada bien, estaba resentido.
Mientras las deudas se acumulaban, él se movía de hospital en hospital, sus empleos duraban poco, y en St. Luke’s Hospital in Bethlehem, se marchó para evitar una investigación por la muerte de unos 69 pacientes y por una misteriosa caja llena de medicación para el corazón encontrada en su casilla.
Aunque parece ser que Cullen no es el total culpable de las 69 muertes inesperadas, muchas de esas muertes fueron repasadas nuevamente luego de que la corte escuchara la sorprendente declaración de Cullen.
Pues hasta ese momento no había habido informes toxicológicos sobre estos pacientes y solamente se les realizó una autopsia.
La investigación había sido, en su momento, superficial, pues no se había determinado la existencia de sustancias o medicamentos en los cuerpos sin vida, y por esa razón, el siguiente paso fue proceder a la exhumación de dichos cadáveres.
Lo más sorprendente es que, a pesar de que su expediente laboral estaba manchado y no era nada bueno, Cullen conseguía fácilmente nuevos trabajos, posiblemente debido a la escasez de personal de enfermería.
Pero la suerte acabó cuando comenzaron a invadirlo con preguntas referentes a la muerte del Reverendo Florian Gall.
Posteriormente fue investigado en siete condados a través de la fiscalía de los Estados Unidos.
Los representantes del Centro hospitalario Somerset, aseguran no saber que Cullen había sido investigado en otros condados y sólo comprobaron sus credenciales cuando lo contrataron.
Fue durante el período que trabajó en éste hospital donde realizó su trabajo más mortal, admitiendo haber matado entre 12 y 15 personas en sólo 13 meses.

Según sus declaraciones, actuó de esta manera para aliviar el dolor y sufrimiento de los enfermos, pero las investigaciones confirman que muchos de los pacientes no mostraban enfermedades terminales o de gravedad.

El 2 de marzo del 2006, durante un nuevo juicio, Charles Cullen, considerado uno de los asesinos más prolíficos que ha habido en el sector médico de los Estados Unidos, evitó ser condenado a muerte tras llegar a un acuerdo con la fiscalía mediante el cual él les dirá que pacientes mató usando inyecciones de medicamentos difíciles de detectar.
Durante le juicio se mostró muy tranquilo ante la presencia de los familiares de las víctimas que mostraron fotografías y calificaron al ex enfermero de “monstruo”.
“En caso de que haya olvidado cómo se veía mi madre, míreme a los ojos ahorita”, le dijo Richard J. Stoecker, hijo de una paciente fallecida a manos de Cullen, quien permaneció calmado y cruzado de brazos en la corte ante semejante declaración.
El asesino admitió haber usado dosis letales de medicamentos para matar a sus pacientes. Cuando fue arrestado en diciembre del 2003 dijo que mató a pacientes “muy enfermos”, pero en realidad algunos no estaban enfermos de gravedad.
Cullen ha dicho a los investigadores que quizá mató hasta 40 personas durante su carrera como enfermero, que empezó en 1987.
Más adelante sería sentenciado por siete homicidios y tres intentos de asesinato en Pensilvania.
Finalmente Cullen fue sentenciado a 11 cadenas perpetuas consecutivas durante la tensa audiencia por 22 asesinatos e intento de homicidio de otras tres personas sólo en Nueva Jersey.
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