"Yo ya no sé si la decisión del jurado fue por homofobia, por racismo o por ignorancia", señalaba en los pasillos del Palacio de Justicia la madre de Isaac, Marta Pérez Triviño, antes de entrar a la vista. La vía que la Ley de Enjuiciamiento Criminal abre para enmendar lo que el fiscal que actuó en el primer juicio calificó como "un fracaso del sistema" es que se haya quebrantado alguna norma o garantía procesal. El fiscal José Ramón Piñol solicitó la anulación del juicio de la Audiencia pontevedresa y su repetición, con otro jurado y con otro magistrado-presidente, basándose en quebrantamientos de forma y en vulneraciones de la tutela judicial efectiva, pero sobre todo en el desacuerdo sobre la valoración de la legítima defensa y miedo insuperable. "¿Hay legítima defensa contra dos moribundos desarmados? ¿Miedo insuperable es, en vez de huir, romper una puerta para recuperar unas gafas y un móvil, y rematar a una persona?", se preguntó Piñol.
No se irá de rositas por un doble crimen. Jacobo Piñeiro Rial, asesino confeso de Isaac Pérez Triviño y de Julio Anderson Luciano, volverá a sentarse en el banquillo de los acusados y a enfrentarse cara a cara a un jurado popular por el conocido popularmente como 'crimen de la calle Oporto' ocurrido el 13 de julio de 2006 en Vigo.
El nuevo escenario judicial se debe a que el Tribunal Superior de Xusticia de Galicia ha aceptado el recurso presentado por la madre de los jóvenes, Marta Pérez Triviño, y por la Fiscalía de Vigo, declarando nulo el fallo del jurado popular que el pasado enero le exculpó de los dos asesinatos, a pesar de su confesión, alegando legítima defensa y "miedo insuperable", para condenarle por el incendio con el que quiso borrar las huellas de su delito y por el que la jueza le impuso una pena máxima de 20 años de cárcel.
El fallo del tribunal presidido por Juan José Reigosa González no deja lugar a dudas al señalar en los 13 folios la "defectuosa confección del veredicto" exculpatorio. Indica que la decisión del jurado popular fue "ilógica", "absurda" y "arbitraria".
El TSXG cuestiona los dos argumentos fundamentales del fallo del jurado popular que eximieron a Jacobo Piñeiro Rial de la acusación de asesinato: "miedo insuperable" y la "legítima defensa" preguntándose si "¿Era insuperable el miedo? ¿Existió necesidad y racionalidad en la defensa o miedo en toda la secuencia de los hechos?" a tenor de la sucesión de los hechos en los que las víctimas recibieron un total de 57 puñaladas, sus cuerpos fueron parcialmente quemados y el acusado permaneció cinco horas en la casa después de las dos muertes para ducharse y salir a la calle con apariencia de normalidad. De este modo, el TSXG indica que la sentencia original no explica con racionalidad las dos eximentes frente a todos los acontecimientos que concluyeron con la muerte de los dos jóvenes.
El tribunal ha apreciado una serie de importantes incoherencias entre los hechos que considera probados, como que Jacobo Piñeiro Rial no tenía el propósito de defenderse de Isaac Pérez Triviño, para preguntarse dónde estaba el miedo "¿después del primer acuchillamiento cuando volvió a buscar sus gafas y el móvil, rompiendo la puerta de la habitación donde Isaac había quedado encerrado?".
Satisfacción
Tras contar uno a uno el paso de los días desde la vista celebrada la semana pasada en A Coruña, tanto Marta Pérez Triviño, como su abogado, Tomás Santodomingo Harguindey, expresaron ayer su satisfacción por un fallo que les da la razón en todos los argumentos expuestos desde el fallo del jurado popular.
Tomás Santodomingo explicó ayer a esta redacción que el Alto Tribunal ha "anulando una sentencia tremendamente injusta, absurda y arbitraria". Indica que desde el pronunciamiento del jurado advirtió que su decisión iba contra la "lógica" humana, no solo por aceptar las eximentes de miedo insuperable y legítima defensa ante la posibilidad de ser agredido sexualmente por los dos asesinados a pesar de constatarse en el juicio la violencia de los dos asesinatos, sino por el hecho de que el acusado reconoció públicamente ser el autor de la muerte de los dos jóvenes.
LAS VICTIMAS
repugnante el crimen y más repugnante los jueces, sin duda homófogos
ResponderEliminarPero en España es lógico los jueces son malos
Fue la sentencia más vergonzosa que he visto en la vida. Menos mal que el tribunal superior la enmendó
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